En el año 6.000 A.C. el medio de transporte más rápido entonces disponible para que el hombre recorriese largas distancias era la caravana de camellos, con una velocidad media de 13 kms por hora. Sólo alrededor del año 1.600 A.C. con la ¡nvención del carro de 2 ruedas, la velocidad máxima se elevó a 20 kms por hora aproximadamente.
Tan notable fue este invento, tan díficil fue superar ese límite de velocidad, que casi 3.500 años después, en 1784, cuando comenzó a funcionar en Inglaterra la primera diligencia, marchaba a un promedio de solo 16 kms por hora. La primera locomotora a vapor, introducida en 1825, pudo alcanzar una velocidad máxima de 21 kms por hora, y los grandes barcos a vela de la época navegaban lentamente a menos de la mitad de esa velocidad. Probablemente no haya sido hasta el siglo XIX que el hombre, con ayuda de una locomotora de vapor más perfeccionada, logró alcanzar la velocidad de 160 KPH. La raza humana tardó millones de años para alcanzar ese record.
Sin embargo, llevó solamente 58 años cuadruplicar esa velocidad, de modo tal que en 1938 el hombre pudo superar volando la barrera de los 600 KPH. Bastaron sólo 20 años más, apenas un instante en el tiempo, para doblar de nuevo ese límite. Y hacia la década de 1960, los aviones a reacción se acercaban a la velocidad de 6.500 KPH, mientras que hombres en cápsulas espaciales giraban en torno a la tierra a unos 30.000 KPH !!!
Son solamente algunos datos del avance del transporte en el tiempo, pero sea transporte terrestre, marítimo, fluvial, áereo o ferroviario, lo que queda bien en claro que dado los tiempos en que vivimos todos ellos se deben de informatizar, para tener la información al alcance de los dedos, aprovechar al máximo la tecnología actual para dar más seguridad al usuario y al empresario, sea privado o estatal; y en eso estamos en perfeccionar nuestros conocimientos en diseñar y desarrollar aplicaciones que contemplen la gestión del transporte.
Tan notable fue este invento, tan díficil fue superar ese límite de velocidad, que casi 3.500 años después, en 1784, cuando comenzó a funcionar en Inglaterra la primera diligencia, marchaba a un promedio de solo 16 kms por hora. La primera locomotora a vapor, introducida en 1825, pudo alcanzar una velocidad máxima de 21 kms por hora, y los grandes barcos a vela de la época navegaban lentamente a menos de la mitad de esa velocidad. Probablemente no haya sido hasta el siglo XIX que el hombre, con ayuda de una locomotora de vapor más perfeccionada, logró alcanzar la velocidad de 160 KPH. La raza humana tardó millones de años para alcanzar ese record.
Sin embargo, llevó solamente 58 años cuadruplicar esa velocidad, de modo tal que en 1938 el hombre pudo superar volando la barrera de los 600 KPH. Bastaron sólo 20 años más, apenas un instante en el tiempo, para doblar de nuevo ese límite. Y hacia la década de 1960, los aviones a reacción se acercaban a la velocidad de 6.500 KPH, mientras que hombres en cápsulas espaciales giraban en torno a la tierra a unos 30.000 KPH !!!
Son solamente algunos datos del avance del transporte en el tiempo, pero sea transporte terrestre, marítimo, fluvial, áereo o ferroviario, lo que queda bien en claro que dado los tiempos en que vivimos todos ellos se deben de informatizar, para tener la información al alcance de los dedos, aprovechar al máximo la tecnología actual para dar más seguridad al usuario y al empresario, sea privado o estatal; y en eso estamos en perfeccionar nuestros conocimientos en diseñar y desarrollar aplicaciones que contemplen la gestión del transporte.
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