Como bien define Pierre Lévy en su libro "Inteligencia Colectiva, por una antropología del ciberespacio", la Inteligencia Colectiva es una inteligencia repartida en todas partes, valorizada constantemente, coordinada en tiempo real, que conduce a una movilización efectiva de las competencias, cuyo fundamento y objetivo es el reconocimiento y el enriquecimiento mutuo de las personas; pues nadie lo sabe todo, todo el mundo sabe algo, todo el conocimiento está en la humanidad. No existe ningún reservorio de conocimiento trascendente y el conocimiento no es otro que lo que sabe la gente.
Observando estas definiciones como contraposición muchas veces vemos en nuestras organizaciones que se discrimina el conocimiento basándose en credos políticos y/o religiosos, en edad y hasta en genero.
Como acota Pierre Lévy asistimos hoy a una verdadera organización de la ignorancia de la inteligencia de las personas, a un espantoso desperdicio de experiencia, de competencias y de riqueza humana.
Todos tenemos algo que aportar a una organización, sea en mayor o menor medida, y todo es importante y valioso. Si se ignora el conocimiento de las personas, una organización, un país, no avanzan, siguen retrocediendo y no alcanzando los objetivos deseados.
En esta sociedad del conocimiento no reconocer al otro en su inteligencia, es negar su verdadera identidad social, además de incentivar resentimiento. Lévy agrega que cuando se valoriza al otro, se le permite identificarse de un modo nuevo y positivo, se contribuye a movilizarlo, desarrollando sentimientos de reconocimiento e implicando a otras personas en proyectos colectivos.
Se debe profundizar en la Inteligencia Colectiva y aprovechar al máximo el potencial que cada uno tiene y no caer en la discriminación, pues el juicio global de ignorancia se torna contra el que lo emite.
Observando estas definiciones como contraposición muchas veces vemos en nuestras organizaciones que se discrimina el conocimiento basándose en credos políticos y/o religiosos, en edad y hasta en genero.
Como acota Pierre Lévy asistimos hoy a una verdadera organización de la ignorancia de la inteligencia de las personas, a un espantoso desperdicio de experiencia, de competencias y de riqueza humana.
Todos tenemos algo que aportar a una organización, sea en mayor o menor medida, y todo es importante y valioso. Si se ignora el conocimiento de las personas, una organización, un país, no avanzan, siguen retrocediendo y no alcanzando los objetivos deseados.
En esta sociedad del conocimiento no reconocer al otro en su inteligencia, es negar su verdadera identidad social, además de incentivar resentimiento. Lévy agrega que cuando se valoriza al otro, se le permite identificarse de un modo nuevo y positivo, se contribuye a movilizarlo, desarrollando sentimientos de reconocimiento e implicando a otras personas en proyectos colectivos.
Se debe profundizar en la Inteligencia Colectiva y aprovechar al máximo el potencial que cada uno tiene y no caer en la discriminación, pues el juicio global de ignorancia se torna contra el que lo emite.
1 comentario:
POR EJEMPLO LAS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SON UNAS LAS MEJORES ARMAS QUE TENEMOS PARA ESO...LASTIMA QUE MUCHAS VECES DEJA MUCHO QUE DESEAR...
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