La energía nuclear surge como alternativa de reemplazar al petróleo y al carbón. Ahora bien, para implementar una planta nuclear se deben tomar muchas precauciones, para que esta no se convierta realmente en una bomba atómica, y otro tema muy importante son los propios desperdicios. ¿Que hacer con ellos?.
Según el material que se utilice, los desperdicios de la energía nuclear producen daños por miles de años, entonces aquí surge el tema del almacenamiento. Las soluciones de almacenamiento solo están diseñadas para que funcionen en forma adecuada, de 20 a 100 años. Se debe invertir para crear mejores sistemas de almacenamiento.
Hay muchos especialistas en el tema que consideran que la energía nuclear si bien es una energía renovable, no es una energía limpia, hasta tanto no tener una solución eficaz para manejar y almacenar los desperdicios generados.
Quienes apoyan la alternativa nuclear se basan en que son insuficientes las energías renovables para asumir toda la demanda y que la energía nuclear no produce emisiones de gases de efecto invernadero.
Sin embargo, afirmar que la generación nuclear no emite CO2 no es del todo cierto, ya que para construir una planta nuclear se debe extraer el uranio, enriquecerlo, tratar los residuos, y por último desmantelar la central nuclear una vez que esta cumple su vida útil, y en todos estos procesos según estudios, se emiten el equivalente de CO2 al del 30%-40% de una central térmica de gas.
Hablando de uranio, no es un combustible fósil, pero tampoco lo es inagotable y tampoco lo es abundante.
Hay otros estudios, como por ejemplo en España, donde se ha calculado que en el año 2050 sería posible cubrir toda la demanda energética del país con energía eólica, tanto marina, como terrestre.
También es bueno aclarar que la fisión nuclear si podría resultar una alternativa limpia, si se sigue investigando y progresando en el control de la misma.
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