Las grandes ciudades han tomado como un reto el tema de reducir al máximo la contaminación del medio ambiente, y se aplican diferentes medidas, como por ejemplo el CAR SHARING, o coche prestado.
En Cataluña hace más de cinco años se ofrece este servicio que consiste en proporcionar automóviles diferente al sistema de alquiler. El objetivo principal es ser el sustituto del coche particular de aquellos que lo usan poco.
Se paga el servicio por horas y no por días. Esta forma de coche compartido ayuda a descongestionar el tráfico y a reducir la contaminación.
El vehículo se devuelve en el mismo sitio donde se recogió, y se puede reservar tanto por internet, como por teléfono. En algunas ciudades se alquilan coches eléctricos.
El coche compartido es sin duda una buena alternativa para reducir el parque automovilístico de las áreas urbanas y racionalizar el concepto de movilidad.
El Car Sharing funciona por el ahorro que genera respecto a ser propietario único. Sin embargo, hay también interesantes razones de índole ecológica y el hecho que el Car Sharing supone un complemento al transporte público.
Es interesante como se promociono este servicio en Barcelona, con un slogan que decía: “cuando quieres un vaso de leche... ¿has de comprar una vaca?. Entonces, por qué has de comprar un coche si sólo lo necesitas de vez en cuando?”.
La ciudad de Barcelona fue la pionera en España, pero realmente esta modalidad se inicio en los años 80’ en Suiza. Claro que el ahorro no es solo económico, también es energético. Según estudios realizados por el Instituto de Desarrollo y Ahorro de la Energía (IDEA), los vehículos de Car Sharing consumen un 24% menos de combustible, emiten un 20% menos de CO2 y reducen el uso del automóvil entre un 45 y un 67%.
¿Pero realmente para quién es un coche compartido?
- Para aquella persona que lo necesita un día en forma puntual
- Para quién realmente se preocupa por el medio ambiente
- Para hacer alguna compra en donde necesitan el maletero
- y un sin fin de otras opciones que sean realmente puntuales
La gran diferencia con el sistema de alquiler de coches tradicional, es que se puede disponer del vehículos en forma inmediata en diferentes puntos de la ciudad.
La ciudad de Londres es otro gran ejemplo de aceptación por parte del público al coche compartido. Se tiene estudiado que cada coche de Car Sharing quita de circulación entre 6 y 10 coches particulares.
La empresa Mobility Systems Switzerland -con oficinas en Zurich y Berna y otras ciudades de Europa-, cuenta con más de 15.000 clientes sólo en Suiza y una importante flota de vehículos para atender a su clientes.
En los Estados Unidos, este sistema también goza de gran popularidad y como ejemplo de ello está el Estado de California, en el que existen empresas de este estilo que fomentan el uso compartido de vehículos "bondadosos" con el medio ambiente.
La empresa I-Go en Chicago proporciona un innovador servicio por internet que permite a sus miembros integrar sus desplazamientos desde un punto A hasta otro punto B conectando múltiples modalidades de transporte a lo largo de esa ruta. El usuario puede iniciar su viaje en un tren, cambiar a un servicio de bicicletas y recoger finalmente un coche compartido para realizar el tramo final de su trayecto. Se trata, en definitiva, de minimizar los kilómetros recorridos en automóvil y de reducir notablemente la huella de carbono de cada usuario
La empresa canadiense, Communauto, que opera en la ciudad de Quebec, afirma que sus 11.000 miembros han generado una reducción de 13.000 toneladas de emisión de CO2.
Como dato importante, la empresa ZIPCAR es la mayor de vehículos compartidos del mundo, y opera desde el año 2000. Cuenta con cientos de miles de miembros y tiene más de 8.000 vehículos para escoger, repartidos en varios miles de puntos por todo el mundo. Lanzo en el año 2010 un proyecto piloto de coches híbridos en la sucursal de San Francisco en los EE.UU.
Fuente: Bio Traveler / Ecointeligencia
