Lamentablemente se sigue en el Paraguay designando a encargados de dependencias públicas de acuerdo al "amiguismo" o color partidario. Y principalmente nos referimos a dependencias tecnológicas. Hace tiempo venimos bregando para que las dependencias hoy llamadas de Dirección Informática pasen a ser llamadas de Administración Tecnológica, y no simplemente el cambio de nombre, sino que el cambio cultural que significa y sobre todo de metodología de actividades.
Y a través de la nueva denominación, tener al frente un Administrador Tecnológico, pues cuando se trata de una institución pública quién este al frente de esta dependencia no solo debe tener los conocimientos técnicos de la especialidad, debe saber administrar los recursos humanos y muy importante administrar los recursos presupuestarios asignados. Pues debe saber cuando realizar una ampliación presupuestaria, la cual tan solo una vez en el año se puede solicitar. Entonces este Administración Tecnológico debe tener proyectos con objetivos bien claros para poder utilizar el presupuesto asignado por Ley y solicitar modificaciones en el mismo si es necesario.
La tecnología como sabemos nos presenta un amplio abanico de posibilidades y nuestras instituciones públicas deben dar el salto cualitativo que les permite utilizar tecnología de punta para beneficio de los funcionarios y del servicio público que cada una debe brindar a la población.
Entonces viendo estas facetas y otras que hacen a la función del Administrador Tecnológico, vemos como se siguen colocando al frente de estas dependencias, como decimos líneas arriba, tan solo por "amiguismo". La tecnología no tiene color partidario.
Debemos de una vez por todas tomar las cosas en serio, y ser por sobre todas las cosas institucionalistas, pensar primero en la institución, no en el beneficio propio o tan solo de un grupo.
Si no nos decidimos dar ese salto cualitativo, nunca nuestras instituciones públicas avanzarán tecnológicamente, y menos si no desterramos el "amiguismo" o los colores partidarios de las mismas.
Y a través de la nueva denominación, tener al frente un Administrador Tecnológico, pues cuando se trata de una institución pública quién este al frente de esta dependencia no solo debe tener los conocimientos técnicos de la especialidad, debe saber administrar los recursos humanos y muy importante administrar los recursos presupuestarios asignados. Pues debe saber cuando realizar una ampliación presupuestaria, la cual tan solo una vez en el año se puede solicitar. Entonces este Administración Tecnológico debe tener proyectos con objetivos bien claros para poder utilizar el presupuesto asignado por Ley y solicitar modificaciones en el mismo si es necesario.
La tecnología como sabemos nos presenta un amplio abanico de posibilidades y nuestras instituciones públicas deben dar el salto cualitativo que les permite utilizar tecnología de punta para beneficio de los funcionarios y del servicio público que cada una debe brindar a la población.
Entonces viendo estas facetas y otras que hacen a la función del Administrador Tecnológico, vemos como se siguen colocando al frente de estas dependencias, como decimos líneas arriba, tan solo por "amiguismo". La tecnología no tiene color partidario.
Debemos de una vez por todas tomar las cosas en serio, y ser por sobre todas las cosas institucionalistas, pensar primero en la institución, no en el beneficio propio o tan solo de un grupo.
Si no nos decidimos dar ese salto cualitativo, nunca nuestras instituciones públicas avanzarán tecnológicamente, y menos si no desterramos el "amiguismo" o los colores partidarios de las mismas.
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