jueves, 9 de julio de 2009

PROYECTO OATI (Oficina de Administración Tecnológica Integrada) Gobierno Electrónico

La sociedad de la información proporciona ilimitadas posibilidades de comunicación que permite a los ciudadanos construir un nuevo tipo de inteligencia colectiva, basada enla intercreatividad y en unos recursos compartidos.

Hemos pasado de una sociedad de distribución piramidal a una red de creación e integración en tiempo real. Es de prever que gracias a las relaciones transversales entre productores, vendedores y compradores ya no sea necesario recurrir a los monopolios. Las redes liberan la creación individual y colectiva del estrecho marco en el que estaba encerrada, confiriendo a los individuos un poder democrático.

Para hacer realidad una revolución digital y deje de ser una promesa para amplios sectores, es necesario no sólo poder acceder, sino también conocer criticamente y aplicar creativamente las nuevas tecnologías.

En los últimos años del siglo XX la difusión masiva de las tecnologías de la información y las comunicaciones han generado la llamada revolución tecnológica que ha dado origen a una época que se conoce como sociedad de la información. El motor que impulsa la economía pasa de ser los combustibles y la electricidad a ser la información. Para comprender cómo sucedió esto, detengámonos por un momento en algunos acontecimientos claves de los últimos 30 años.

  • El sociólogo estadounidense Daniel Bell en el año 1973 introdujo la noción de Sociedad de la Información en su libro "El advenimiento de la sociedad post-industrial", formulando que el eje principal de la sociedad será el conocimiento teórico y advierte que los servicios basados en el conocimiento tendrán que convertirse en la estructura central de la nueva economía y de una sociedad sustentada en la información.
  • La expresión Sociedad de la Información reaparece en los años 90' en el contexto del desarrollo de internet y de la tecnología de la información y comunicación.
Lo que caracteriza a la revolución tecnológica actual no es el carácter central del conocimiento y de la información, pero sí la aplicación de este conocimiento e información a aparatos de generación de conocimiento y procesamiento de la información/comunicación, produciendo así un círculo de retroalimentación acumulativa entre la innovación y sus usos. Las nuevas tecnologías de la información no son apenas herramientas para ser aplicadas, son procesos para desarrollarse, por primera vez en la historia de la humanidad, la mente humana es una fuerza productiva directa.

Se debe construir la Sociedad del Conocimiento, la cual sustituye a la sociedad que heredamos de la revolución industrial y estructurar una sociedad en la que el saber convierte al trabajador no sólo en un motor para el mundo económico sino en un capital. La ciudadanía de la sociedad del conocimiento es participativa, es capaz de diferenciar entre información y comunicación, impulsar su espíritu crítico y sobre como desarrollar su capacidad de discernimiento y está además en condiciones de escoger. El saber elegir, es, sin dudas la clave que define a la sociedad del conocimiento.

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