Open Government (oGov) es la forma de relacionarse entre la Administración Pública y los ciudadanos, que se caracteriza por el establecimiento de canales de comunicación y contacto directo entre ellos, según la definición de Javier Linares.
En este nuevo paradigma se debe tener una constante conversación con los ciudadanos, para saber lo que ellos opinan y sobre todo lo que solicitan, pues las decisiones a nivel de una Administración Pública se deben tomar basadas en las necesidades del usuario o cliente, que es el propio ciudadano.
Lógicamente este nuevo paradigma como ya lo hemos dicho es una revolución en la Gestión Pública y para conseguir que la Administración Pública pase a ser una oGov deben ponerse en práctica una serie de cambios estructurales, como por ejemplo, cultural, de procesos, de organización y las formas de relación.
Cultural, pues siempre el objetivo mayor en una Administración Pública es el servicio al ciudadano (cliente o usuario como también le llamamos) y este debe estar en el centro de la gestión.
Cambios en los procesos, pues estos deben estar diseñados para servir a los ciudadanos, como vemos aquí se necesita una reingeniería de los procesos actuales.
Cambios en la organización, actuando bajo un modelo de red, que esté orientado a objetivos claros y buscando los resultados positivos de los mismos.
Cambios en la forma de relación, teniendo una comunicación en línea con el ciudadano, dando facilidades en los trámites, no obligando a la presencia física, creando espacios de intercambio de ideas (world cafes).
Como bien dice Iñaki Ortiz, el oGov se abre a la ciudadanía, pero también lo hace a las demás administraciones y a organizaciones colaboradoras. Una administración abierta es una administración en red.
Realmente son cambios muy profundos que promueven una verdadera revolución, pero son los tiempos actuales los que exigen estos cambios, para caminar juntos hacia una mejor sociedad.
En este nuevo paradigma se debe tener una constante conversación con los ciudadanos, para saber lo que ellos opinan y sobre todo lo que solicitan, pues las decisiones a nivel de una Administración Pública se deben tomar basadas en las necesidades del usuario o cliente, que es el propio ciudadano.
Lógicamente este nuevo paradigma como ya lo hemos dicho es una revolución en la Gestión Pública y para conseguir que la Administración Pública pase a ser una oGov deben ponerse en práctica una serie de cambios estructurales, como por ejemplo, cultural, de procesos, de organización y las formas de relación.
Cultural, pues siempre el objetivo mayor en una Administración Pública es el servicio al ciudadano (cliente o usuario como también le llamamos) y este debe estar en el centro de la gestión.
Cambios en los procesos, pues estos deben estar diseñados para servir a los ciudadanos, como vemos aquí se necesita una reingeniería de los procesos actuales.
Cambios en la organización, actuando bajo un modelo de red, que esté orientado a objetivos claros y buscando los resultados positivos de los mismos.
Cambios en la forma de relación, teniendo una comunicación en línea con el ciudadano, dando facilidades en los trámites, no obligando a la presencia física, creando espacios de intercambio de ideas (world cafes).
Como bien dice Iñaki Ortiz, el oGov se abre a la ciudadanía, pero también lo hace a las demás administraciones y a organizaciones colaboradoras. Una administración abierta es una administración en red.
Realmente son cambios muy profundos que promueven una verdadera revolución, pero son los tiempos actuales los que exigen estos cambios, para caminar juntos hacia una mejor sociedad.
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