El Alcalde de la ciudad australiana Adelaide, Stephen Yarwood, opinó que “las ciudades deben preocuparse más por mover a la gente que por mover vehículos”.
Un estudio dice claramente que en una calle común de cualquier ciudad con un ancho de 3,5 metros, soporta el pasaje de hasta 2.000 personas en automóviles por hora, en cambio por la misma vía y en igual tiempo pueden pasar 14.000 ciclistas y 19.000 peatones.
Por otra parte Manfred Breithaupt, el cual es Director del Proyecto Transporte Urbano Sustentable, una ONG alemana, comenta que un tren ligero en ese mismo espacio puede transportar a 22.000 personas, y dos carriles de autobuses de tránsito rápido podrían transportar a 43.000 personas.
No debemos olvidar que en promedio, el transporte automotor es responsable de la emisión a la atmósfera entre el 25% y 30% de los gases de efecto invernadero.
Yeom Tae Young, Alcalde de la ciudad de Suwon, situada cerca de Seúl (Corea del Sur), comentó sobre la ecomovilidad, que “los ciudadanos deben conocerla, y los compromisos del gobierno deben ser claros”.
Ahora bien, que se entiende por Ecomovilidad Sustentable? Según el Consejo de Ministros de Transporte de la UE, es lo siguiente:
Permite la satisfacción de las necesidades de acceso y desarrollo de los individuos, de las empresas y de la sociedad de manera segura y consistente con la salud humana y el ecosistema, y que promueva la equidad con y entre generaciones sucesivas.
Es asequible, opera de forma eficiente, ofrece diferentes opciones de modo de transporte, y constituye la base de una economía competitiva, así como de un desarrollo regional equilibrado.
Limita las emisiones y los residuos a la capacidad del planeta para absorberlos, limita el consumo de recursos renovables por debajo o al nivel de producción de los mismos, utiliza recursos no-renovables por debajo o al nivel de desarrollo de sustitutos renovables, y minimiza el uso de espacio y la emisión de ruidos.
El gran reto es controlar la demanda creciente de movilidad sin limitarla, minimizando sus efectos negativos (CO2, ruido, accidentes, congestión, accidentabilidad, etc.) y maximizando sus efectos positivos (desarrollo económico, equidad social y calidad ambiental).
Ahora veamos, los problemas del uso del vehículo privado, que están bien claros en estos conceptos; no solo debemos pensar en el combustible, también en el costo del estacionamiento, mantenimiento, seguro, etc. A eso le agregamos la pérdida de tiempo en los congestionamientos en las ciudades, y por lo tanto pérdida de dinero. El transporte privado ocupa espacio y vimos líneas arriba la diferencia con la bicicleta o los pasajeros en un tren.
A esto agreguemos los problemas medioambientales, la contaminación y el ruido. Y además los problemas sociales como la accidentabilidad, falta de accesibilidad.
Pero lógicamente la solución pasa por las autoridades gubernamentales, creemos que ya es hora de pensar en un proyecto de ECOMOVILIDAD SUSTENTABLE en el Paraguay, en donde podamos los usuarios en general optar por diferentes soluciones, tales como alquiler de bicicletas en estaciones (así como en Ciudad de México, Oslo, Barcelona, París,etc), la utilización de flotas verdes (coches eléctricos para desplazamientos cortos), dar prioridad al transporte público ante el automóvil privado, la incorporación de nuevas tecnologías, sistema ferroviario, peatonalización.
Fuente: ipsnoticias.net / ecomovilidad.net
2 comentarios:
Interesantísimo el artículo amigo. Me parece que para Montevideo también estaría bueno pensarlo. Aporta datos que sorprenden y en nuestros países se puede proyectar todavía, antes de que sea demasiado tarde, sin cortar las posibilidades de crecimiento y desarrollo que a veces parecen ser el contrapeso de las posturas ecologistas.
Muchas gracias Javier!!! y estamos a las ordenes para implementarlo, tal vez en Salto tambien se pueda. Un abrazo y estoy a las ordenes.
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