No podemos hablar de cambio si no se cambia, tampoco podemos hablar de crecer tecnológicamente hablando si no se hacen las reformas que deben hacerse para poder avanzar y que pueda darse ese tan anhelado crecimiento, que rompa la brecha digital existente. Ahora tenemos una liberalización de Internet que no es total, pero que va a ayudar en parte a que la sociedad en su conjunto se acerque más a las tecnologías por medio de la red de redes, pero no tenemos todavía una Política Tecnológica de Estado que regularice y coloque normas a seguir.
Sin embargo hay cosas que no se entienden, o por lo menos nosotros no las entendemos, si somos un país pobre que sueña con crecer, si no tenemos las herramientas necesarias o mejor dicho nos cuesta caro esas herramientas tecnológicas, porque se hace un convenio entre el Ministerio de Educación y Culto con una empresa privada, en vez de apostar como institución pública al software libre, sobre todo no teniendo un presupuesto que contemple la inversión tecnológica y pudiéndose ahorrar miles de dólares en ese convenio.
Pero entonces vemos que continua cada institución pública del Paraguay haciendo cada una lo suyo, sin tener un mismo norte por falta de esa Política Tecnológica que las haga crecer juntas, que las haga ahorrar inversiones grandes al estado y que realice el intercambio de conocimiento y de experiencias para no repetir errores y para avanzar.
Si queremos abrir mercado, si deseamos que nuestros profesionales crezcan en experiencia y conocimiento, si deseamos salir al exterior con productos tecnológicos desarrollados en el país, debemos sí o sí implementar una Política Tecnológica que cree la infraestructura necesaria para todos, y no como siempre solo unos pocos se vean beneficiados. Una Política Tecnológica que comprenda a los usuarios en general, empresas privadas, instituciones públicas, estudiantes, profesionales, etc. Para entonces de una buena vez achicar la brecha digital y avanzar tecnológicamente.
Si se habla de socializar desde el gobierno, se debe socializar también la tecnología, pero todos en conjunto con normas y políticas bien definidas que marquen los límites y las reglas de juego, que la Política Tecnológica de Estado sea el barco insignia que lleve adelante la revolución digital en el país, sin revolución digital no hay cambios, y sin cambios no se avanza.
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