Ghana y Pakistán además de tener en común el ser países del llamado tercer mundo, poseen gigantescos basureros electrónicos.
En Karachi (Pakistán) se procesa la basura electrónica que viene ya sea de Europa, Dubái o Singapur. Cientos de pequeños talleres se dedican a reciclar las piezas de diferentes aparatos electrónicos. Se estima que el 70% de la basura electrónica del mundo desarrollado termina en Asia.
Cerca de 20.000 personas trabajan en la industria que genera la basura electrónica en Pakistán, de los cuales casi la mitad son menores de 18 años, alcanzando un promedio de 16 horas diarias de labor. Además del daño a las personas por contaminación, los materiales que se acumulan en el suelo y en el río Lyari, contaminan también al Mar de Arabia.
Mientras en la ciudad de Accra, capital de Ghana, miles de trabajadores realizan el descuartizamiento a golpe de martillo, ya sea grandes motores, como también computadoras e impresoras, buscando pequeñas piezas de metal que puedan ser vendidas, como pueden ser de cobre o de aluminio.
Los niños que utilizan imanes para recoger las partículas de metal entre un suelo lleno de cenizas, absorben más de 60 sustancias tóxicas.
La avalancha de innovaciones tecnológicas que surge día a día genera una igual producción de residuos. Muchos de los componentes utilizados en la fabricación de electrónicos son altamente tóxicos, como por ejemplo el cromo, el cadmio y el mercurio.
De 40 a 50 millones de toneladas al año de basura electrónica se produce en el mundo.
Fuente: Web Islam Comunidad Virtual
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